LA ULTIMA DE LAS ETAPAS MESOAMERICANAS
" LAS CULTURAS DEL POSCLASICO "
A).- Cultura totonaca
¿Qué fue la cultura
totonaca?
La
cultura totonaca se
desarrolló durante los períodos culturales clásico (desde
el año 300 hasta el 950 d.C.) y
posclásico (desde el año 950 hasta el 1520 d.C.). Fue
adoptada por los pueblos indígenas mesoamericanos que habitaron en México, en el
territorio que hoy conforman los estados de Veracruz y parte de Puebla.
Su
nombre es el plural de “totonacatl” y hace referencia a “los habitantes de
la región de Totonacapan”. Algunos
autores han interpretado la palabra “totonaco” como “hombre de tierra caliente”.
El
imperio totonaco resultó ser una cultura pacífica que no recurría a la violencia, sino que resolvían los conflictos por vía pacífica y
diplomática. Sobresalió por sus expresiones artísticas, aplicadas en la arquitectura de las ciudades precolombinas
de Papantla, Cempoala y El Tajín. Las tres formaron una asociación de
metrópolis conocida como “los tres corazones”.
Las
comunidades totonacas cayeron
en el dominio de los aztecas quienes, años más tarde, fueron
desplazados por los españoles (que llegaron al continente americano en el siglo
XVI).
Otras
culturas:
Ubicación de la cultura
totonaca
El sitio arqueológico de
Cempoala se encuentra en el actual estado de Veracruz.
La
cultura totonaca se
desarrolló en la región costera del estado de Veracruz y en la sierra de Puebla,
a través de un imponente despliegue urbano denominado “los tres corazones”, que
estaba integrado por tres ciudades:
·
El Tajín. Fue la ciudad capital de la cultura totonaca y abarcó la región
entre los ríos Cazones y Tecolutla. Sus principales obras arquitectónicas
fueron el Grupo del Arroyo, la Pirámide de los Nichos, el Templo Azul y las
canchas de juego de pelota, norte y sur.
·
Papantla. Se extendió alrededor de El Tajín. Su nombre significa “la ciudad
de los pájaros ruidosos”. Se destaca por las obras arquitectónicas de la
iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, el monumento al Volador y la capilla
Cristo Rey.
Características de la
cultura totonaca
La Pirámide de los
Nichos funciona como un “calendario astronómico”.
La
cultura totonaca estaba conformada por dos clases sociopolíticas:
·
Los nobles. Se encargaban de controlar la economía y la religión. Este grupo estaba integrado por el cacique (quien gobernaba),
los sacerdotes (quienes dirigían el culto ceremonial a los dioses, tenían
conocimientos astronómicos y dirigían los sacrificios humanos) y los más
acaudalados, poseedores de tierras.
·
Los plebeyos. Se dedicaban a la producción agrícola, artesanal, pesquera y
a la albañilería, además de prestar servicios como sirvientes en las tierras de los nobles y en los
templos. Este grupo estaba conformado por la mayoría de la población.
La
economía de la cultura totonaca se basó en la
agricultura (sembraban chile, tomate, maíz, cacao y
algodón), en el comercio (lo que permitió
el desarrollo de las ciudades para poder vender los productos) y en el trueque de productos y
servicios.
La
magnitud del poder económico alcanzado por la cultura totonaca quedó
evidenciada a través de las edificaciones de pirámides, monumentos, casas y
palacios, cuidadosamente decorados.
El
arte de la cultura totonaca se manifestó en la cerámica, la artesanía y
la escultura (que se caracterizó por el
empleo de caras sonrientes). También desarrollaron una arquitectura
sobresaliente por sus fachadas con relieves tallados.
La
cultura totonaca adquirió
importantes conocimientos sobre astronomía, que tuvo influencia en la
edificación de monumentos, como en el caso de la orientación de la Pirámide de
los Nichos que funciona como un “calendario astronómico”.
Religión de la cultura
totonaca
El juego de pelota no
era un simple deporte sino un ritual religioso.
La
religión de la cultura totonaca tenía algunos aspectos contrapuestos en
comparación al resto de las civilizaciones mesoamericanas, como el
sentido matriarcal (es decir, que la mujer era
quien transmitía los derechos de la herencia).
Tenían
la convicción de que las diosas eran quienes creaban el alma de las personas y consideraban a Centéotl como
la diosa del maíz mientras que, para otras civilizaciones, era el dios del
maíz. También eran
politeístas y adoraban a sus dioses del mismo modo que lo
hacían las otras culturas, como al dios Tláloc, Quetzalcóatl,
Xipototex y Xochipilli.
Las
canchas de juego de pelota, además de funcionar como campos deportivos, eran
espacios para los rituales religiosos, donde el ganador de los partidos era
sacrificado en honor a los dioses.
Aportes de la cultura
totonaca
El
principal aporte de la cultura totonaca tiene que ver con la planta de vainilla, a pesar de que algunos
investigadores dudan de su origen real.
Fue
muy utilizada en la región de Totonacapan para diversos usos, siendo el
medicinal uno de los más importantes porque actuaba como antiséptico o
desinfectante. En la actualidad resulta una especia indispensable para dar
sabor y aroma los postres y platos dulces.
Otro
significativo aporte es el lenguaje. El purépecha y
el totonaco son las dos únicas lenguas que México considera como originarias de
su tierra.
Tenían
veinticinco maneras para enumerar las cosas dado que para su denominación
empleaban un prefijo que estaba condicionado por el tipo de cosa a enumerar (un
objeto de forma alargada, un animal, una persona, etc). En el siglo XXI el
lenguaje totonaco ha sido utilizado por Estados Unidos con fines militares
debido a su complejidad y difícil traducción.
B).- Cultura
tolteca
civilización precolombina de Mesoamérica
La cultura tolteca es
una de las culturas precolombinas de Mesoamérica del Periodo Posclásico. Su lengua era el
náhuatl, la misma lengua que domina en el norte del
altiplano mexicano entre los siglos X y XII. Algunos de sus
principales centros fueron Huapalcalco en Tulancingo y la
ciudad de Tollan-Xicocotitlan,
localizada en lo que actualmente se conoce como Tula de
Allende (estado de Hidalgo, México). Esta ciudad
es célebre por sus singulares estatuas de piedra, llamada atlantes.
Cultura
tolteca |
Guerreros toltecas representados
en las famosas estatuas de Tula llamadas atlantes. |
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Información
histórica |
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Periodo |
Período Posclásico
mesoamericano |
Primeros registros |
900 d. C. |
Decadencia |
1150 d. C. |
Información
antropológica |
Idioma |
Náhuatl |
Asentamientos
importantes |
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Historia
Los
toltecas inician su peregrinación desde un sitio que llaman Huehuetlapallan
(Vieja tierra azul), país del reino de la antigua Tollan, en el año de Técpatl 511 d. C. y
vagan durante 104 años, guiados por siete señores: Zacatl, Chalcatzin,
Ehecatzin, Cohualtzin, Tzihuacoatl, Metzotzin y Tlapalmetzotzin. Finalmente
llegan a Tollantzinco, pero lo abandonan 17 años después, retirándose catorce
leguas al poniente donde fundan Tollan (Tollan-Xicocotitlan)
o Tula, del nombre de su patria. Su monarquía inició en el año 7 acatl
667 d. C. y duró 384 años, teniendo 8 gobernantes o tlahtoques.
Lista
de Gobernantes
Chalchiutlanetzin
667-719 d. C.
Ixtlicuechahuac
719-771 d. C.
Huetzin
771-823 d. C.
Totepeuh
823-875 d. C.
Nacaxxoc
875-927 d. C.
Mitl
927-976 d. C.
Xiuhtzatzin
(reina) 976-980 d. C.
Tecpancaltzin
980-1031 d. C.
Tōpīltzin
1031-1052 murió el año 2 Tecpatl.
Los
toltecas alcanzaron su apogeo durante este periodo, entre los años 900 y
1200 d. C. Fueron el grupo dominante de un estado cuya influencia se
extendía hasta el actual estado de Zacatecas, y al sureste en la península de Yucatán.
La relación entre los toltecas y los mayas del período posclásico ha sido
objeto de controversias. Mucho tiempo después de la caída de Teotihuacan, hacia el año 700, hubo en Mesoamérica
varios siglos de tinieblas y confusión, cambió la índole de su civilización,
las ciudades sin fortificaciones y gobernadas por élites religiosas se
desmoronaron, y dieron lugar a ciudades guerreras y a religiones más belicosas.
Si
bien es cierto que los toltecas tuvieron una gran influencia entre los mayas, no está comprobado que hubiera una
presencia militar en la península de Yucatán. Ni viceversa, aunque algunos
autores pensaron que Tula había sido fundada por mayas de Yucatán. Se puede
hablar de una gran influencia comercial y político-religiosa de los toltecas
en Chichén
Itzá, influencia que se
refleja básicamente en la arquitectura de muchas estructuras como son el
Castillo, el Templo de los Guerreros (que muestra una fusión del estilo Puuc (seguramente
influida por Uxmal) con diseño tolteca, así como en la presencia del
llamado chac-mool típico
de Tula. La incursión de Quetzalcóatl como deidad es otro elemento tolteca
importante reflejado en Kukulkán entre los mayas: Tuvieron mucho talento
para construir, y su influencia se extendió a gran parte de Mesoamérica en el período Posclásico.
Entre los pueblos nahuas de la época de la conquista, la palabra tolteca
significaba alguien sabio que dominaba las artes y artesanías. Y la palabra "toltequidad"
equivalía a lo que llamaríamos, alta cultura.
En 1941 un
grupo de antropólogos mexicanos designó a la ciudad de
Tula, en el estado de Hidalgo, como Tollan, la mítica capital de los Toltecas, pero algunos
arqueólogos, como Laurette Séjourné criticaron
la decisión, señalando que después de varias etapas de excavación no se había
revelado una ciudad suficiente para justificar la leyenda de los toltecas,
señalando que el origen de Tollan y de la leyenda debería ubicarse en Teotihuacán, siendo el pueblo de Tula uno de los
refugios de los sobrevivientes de Teotihuacán, que por ello se ostentaban como
Toltecas.
El
historiador mexicano Enrique
Florescano, del Instituto Nacional de Antropología e Historia ha retomado esta interpretación,
basándose en la mención de textos mayas anteriores a Tula, que se refieren a
Teotihuacan como Tollan. Algunos afirman que la ciudad de Tula es un mapa de la
traslación de Venus, es decir, de su recorrido alrededor del sol. Cerca de la
ciudad está una montaña llamada Xicuco (Shicuco) que en náhuatl significa
"ombligo".
Estos
ciclos hacen referencia a las etapas de Quetzalcóatl para poder ser hombre –
dios, que representan las etapas de los humanos (en el catolicismo, nacimiento
– vida – resurrección). Esta cultura fue muy especial, ya que en el traje de
los Atlantes se encuentran representadas todas estas etapas, como el espejo
negro que hace que Quetzalcóatl vea sus errores para purificarse. Otra pieza importante
es el Chacmool, que representa al mismo Quetzalcóatl saliendo
de la etapa del fuego, escondido debajo de la tierra. Aparece representado
mientras entrega él mismo el fuego a la superficie, que es cuando Venus no
aparece en el horizonte para luego resurgir en el horizonte.
Esta
ciudad era envidiada por los aztecas que en contraste con los toltecas tenían
otra visión de Quetzalcóatl les había enseñado.
Cultura
Arte
Su arte, plasmado
en estatuas y relieves
murales, está muy ligado a la arquitectura. Representaban a sus dioses y
personajes en esculturas de piedra, murales, cerámicas, pinturas y en trabajos
de artesanía.
Arquitectura
Es indudable que los
toltecas aportaron cambios importantes en cuanto a las normas arquitectónicas
que existían en Mesoamérica en el siglo IX; uno de ellos es el empleo de
esculturas antropomorfas que sostenían con la cabeza el techo de una
habitación, logrando así un gran espacio interior, como se aprecia en el templo
de Tlahuizcalpantecuhtli El Señor del Alba.
Se estima que Tula
albergó alrededor de 30 000 habitantes, los cuales vivían en grandes
complejos de una planta con techos planos básicamente de piedra y tierra y
acabados en adobe. Excluyendo la zona
habitables de Tula refleja una planta cuadriculada que definía claramente los
diferentes barrios. De los elementos arquitectónicos más significativos destaca
la pirámide B, con sus mal llamados atlantes, figuras de 4,6 m
de altura que alguna vez sostuvieron el techo de un templo. Según los estudios,
estos atlantes estaban decorados
con mosaicos enjoyados y plumas. Restos de pintura indican que probablemente
fueron pintados para representar al guerrero tolteca-chichimeca de Mixcóatl
(padre de Quetzalcóatl) o al dios estrella de
la mañana Tlahuizcalpantecuhtli. También construyeron columnas en
forma de serpiente emplumada, con la cabeza al suelo y la cola hacia arriba,
sosteniendo el dintel que formaba parte
de la entrada a la gran habitación.
En el ámbito doméstico poseían tres distintas clases de conjuntos
habitacionales, el grupo de casas, las unidades residenciales y las residencias
palaciegas.
Gastronomía
De acuerdo a
investigaciones realizadas en Tepatitlán, área rural de Tulancingo, Hidalgo,
los especialistas Guadalupe Mastache y Robert Cobean descubrieron que
el amaranto era esencial en
la alimentación de la cultura tolteca, ya que evitó que estas tribus pasaran
hambre durante las épocas de sequías. Actualmente el amaranto produce
"alegrías", mezcla de este producto con la miel, el cacahuate y las
pasas; el amaranto, huautli o alegría, nombre con el que se le conoce en la
actualidad, fue en época prehispánica un cultivo básico en diversas culturas
del país, entre ellas la que se asentó en Tula, Hidalgo, como lo refieren
evidencias arqueológicas y datos etno-históricos sobre su cultivo. Por su
parte, Nadia Vélez Saldaña, arqueóloga
especialista en paleobotánica y miembro del equipo de investigadores de la Zona
Arqueológica de Tula, explicó que esta semilla no solo fue importante para esta
población de Hidalgo, sino también en toda Mesoamérica, debido a que era una
planta fácil de cultivar, además de tener un alto grado de resistencia a las
temporadas de sequías y heladas:
El amaranto es más resistente, y crece en toda clase de terrenos abonados, por lo tanto, a falta del grano, el huautli era el que cubría las necesidades alimenticias de la población.
Otra de las
características del amaranto, es su posibilidad de almacenamiento en ollas de
barro, por largos períodos de tiempo, sin descomponerse. Lo anterior, asociado
a su alto valor nutritivo, lo llevó, en ocasiones, a ser considerado el cultivo
más importante de Tula, incluso más que el maíz, de hecho, uno de los tributos
que las provincias de Ajacuba y Jilotépec, entre las que quedaba comprendida Tula
durante el Posclásico Tardío (entre el 1200 y el 1521), daban a la Triple
Alianza ―además de maíz y frijol― era precisamente amaranto, lo cual indica que
esta planta era un cultivo importante durante ese período. El amaranto no solo
se utilizaba como alimento, sino también como parte de las ofrendas y rituales;
en este sentido, Vélez Saldaña mencionó que el uso del grano fue documentado
por Bernardino de Sahagún y otros
cronistas, quienes describen su utilización en algunas ceremonias donde se
usaban figurillas hechas con amaranto aglutinado. Las figurillas rituales
de huautli eran elaboradas
con la técnica que hoy en día se utiliza para fabricar los dulces de amaranto,
relató la investigadora. Tostaban el amaranto y después lo mezclaban con miel
de maguey para obtener una
masa maleable para formar las figuras antropomorfas de algunas deidades, que
eran utilizadas en las ceremonias.
Finalmente, Vélez Saldaña señaló que, según
parece, pudo haber sido su importancia ritual la causa de su prohibición a
partir de la conquista, decreciendo su cultivo hasta casi desaparecer de
algunas regiones durante la época colonial.
Político
Los toltecas tenian un sistema político en los cuales eran militares y tenían una estricta jerarquía social que valoraba la destreza militar y la devoción a los dioses. ... El rey tolteca estaba en la parte superior de esta jerarquía y tenía la capacidad de actuar como ambos rey-guerrero y rey-sacerdote.
Social
Los toltecas tenían un
sistema político en los cuales eran militares y tenían una
estricta jerarquía social que valoraba la destreza militar y
la devoción a los dioses. La aristocracia guerrera y el sacerdocio,
principalmente en la forma del culto a Quetzalcóatl, eran los dos pilares de la
sociedad tolteca.
Economía
El
sistema de economía
tolteca llama poderosamente la atención, pues a pesar de
ser un pueblo conquistador, logra desarrollar y hacer manejo de ciertas técnicas y
estrategias de índole comercial a los fines de atenuar la violencia que
caracterizaba en aquel período a todos los moradores de la
región, lo que le otorga un sitial como una de las civilizaciones más sublimes entre
las que hacían uso del lenguaje náhuatl.
Conformados
únicamente por dos clases sociales, los privilegiados y los sirvientes, se distinguió por su estable y
pujante economía.
La casta servil era la encargada de las
actividades propias de la economía tolteca, pues las
labores constituían una obligación
social y no un medio para superar aquellos estratos
inferiores donde se encontraban sumidos.
C).- Cultura
maya
La cultura maya fue
una civilización mesoamericana que se
desarrolló principalmente en México (en los estados de Yucatán, Campeche, Quintana Roo, Chiapas y Tabasco), en Guatemala, Belice y la parte occidental de Honduras y El Salvador, abarcando más de
300 000 km². Destacó a lo largo de más de dos
milenios en numerosos aspectos socioculturales como su escritura, uno de los
pocos sistemas de escritura plenamente
desarrollados del continente americano precolombino,
su arte, la arquitectura,
su mitología y sus notables sistemas de numeración,
así como en astronomía y
matemáticas.
Cultura maya |
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Templo de Kukulkán en Chichén Itzá |
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Detalle del Dintel 26 de Yaxchilán |
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Información
histórica |
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Periodo |
México prehispánico |
Primeros registros |
c. 1800
a. C. |
Decadencia |
1546 (control sobre la mayor parte
del territorio) |
Información
geográfica |
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Área cultural |
Mesoamérica |
Sub área cultural |
Zona maya |
Equivalencia actual |
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Información
antropológica |
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Idioma |
Lenguas mayenses |
Religión |
Religión maya |
Calendario |
Calendario maya |
Asentamientos
importantes |
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Yaxchilán Bonampak Calakmul Palenque Tenam Puente Toniná Becán Uxmal Cobá Tulum Comalcalco Mayapán Edzná El Mirador Tikal Piedras Negras Uaxactún Zaculeu Yaxhá Dos Pilas Naachtún Caracol Lamanai Altún Ha Xunantunich Cerros Copán El Puente Ciudad Blanca Joya de Cerén Casa Blanca Tazumal |
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Vista de El Caracol, ciudad maya en Belice.
Vista del Templo de las Inscripciones de Palenque, Chiapas.
Templo I de Calakmul, Campeche.
Juego de pelota en Copán, Honduras.
Sitio maya de Tazumal en El Salvador.
Durante el periodo formativo,
antes de 2000 a. C., se inició el desarrollo de la agricultura y la población
se hizo sedentaria estableciéndose
en las primeras aldeas. En el período Preclásico (c. 2000 a. C.
hasta 250 d. C.) se desarrollaron las primeras sociedades complejas y
se cultivaron los alimentos básicos de la dieta maya:
el maíz, el frijol,
la calabaza y
el chile.
Las primeras ciudades mayas se desarrollaron en torno a 750 a. C.
Alrededor de 500 a. C. estas ciudades poseían una arquitectura
monumental, incluyendo grandes templos con fachadas de estuco. La escritura glífica se
utilizó desde el siglo iii a. C. En
el preclásico tardío se desarrollaron grandes ciudades en la Cuenca del Petén,
y Kaminaljuyú alcanzó
prominencia en el altiplano guatemalteco. Desde alrededor de
250 d. C., el período clásico se define en gran medida por el
levantamiento de monumentos esculpidos empleando las fechas de Cuenta Larga. En este período se
desarrolló un gran número de ciudades-Estado vinculadas entre
sí por una compleja red de comercio. En las tierras bajas mayas surgieron dos
grandes poderes rivales, Tikal y Calakmul. Se vio también la intervención
extranjera en la política dinástica maya de la ciudad de Teotihuacan del centro de
México. En el siglo ix, se produjo un colapso político general en la
región central maya, que originó guerras internas, el abandono de las
ciudades, y un desplazamiento poblacional hacia el norte. Durante el período
Posclásico surgió Chichén Itzá en
el norte, y se produjo la expansión del reino quiché en
el altiplano de Guatemala. En el siglo xvi el Imperio español conquistó
la región mesoamericana, y tras una larga serie de campañas militares la última
ciudad maya cayó en 1697.
El poder político durante el periodo
clásico se centró en el concepto del «rey divino», que actuaba como mediador
entre los mortales y el ámbito sobrenatural. La monarquía era usualmente hereditaria y patrilineal, y el poder pasaba al hijo mayor,
aunque en más de un caso mujeres ostentaron el poder como regentes de sus hijos
menores de edad o por derecho propio. La política maya estaba dominada por un
sistema de patrocinio, aunque la exacta composición política de un reino
variaba de una ciudad-Estado a otra. Generalmente cada aldea tenía un líder
tribal, que respondía a un señor regional (Ajaw) supereditado por un señor
divino (Kuhul Ajaw) y en algunos casos como el de Tikal, había un gobernante
superior (rey de reyes) denominado Kalomté. Hacia el Clásico Tardío, la
aristocracia había aumentado considerablemente y se había reducido el poder
exclusivo del rey divino.
La civilización maya desarrolló formas de
arte sofisticadas utilizando tanto materiales perecederos como durables,
incluyendo madera, jade, obsidiana, cerámica, monumentos
de piedra tallada, estucos y murales finamente pintados.
En las ciudades mayas el centro de la
ciudad era ocupado por complejos ceremoniales y administrativos, rodeado por
una irregular expansión de barrios residenciales. A menudo las diferentes
partes de una ciudad eran conectadas por calzadas. La arquitectura principal de la ciudad
se componía de palacios, templos piramidales, juegos de pelota ceremoniales,
y estructuras alineadas para la observación astronómica. La élite maya sabía
leer y escribir, y desarrolló un complejo sistema de escritura glífica, una de
las más avanzadas en América precolombina. Los mayas grabaron su historia y
conocimiento ritual en libros en forma de biombo, de los que solo permanecieron
tres ejemplares con incuestionable autenticidad, el resto fue destruido por los
conquistadores españoles. También existe un gran número de ejemplos de
inscripciones mayas en las estelas y la cerámica. Los mayas
desarrollaron una compleja serie de calendarios rituales entrelazados,
emplearon la matemática y fueron uno de los primeros pueblos en utilizar
el cero explícito en
el mundo. Los mayas practicaban el sacrificio humano como
parte de su religión.
Política
A
diferencia de los aztecas e incas, el sistema político maya nunca incorporó
toda el área cultural maya en un solo Estado o imperio. Más bien, a lo largo de
su historia, el área maya estaba conformada de una mezcla de complejidad
política variable que incluía tanto Estados como cacicazgos.
Los vínculos entre estas entidades políticas fluctuaron enormemente, ya que
estaban involucrados en una compleja red de rivalidades, períodos de dominación
o sumisión, vasallaje y alianzas. Ocasionalmente, algunas entidades políticas
lograron el dominio regional, como Calakmul, El Caracol,
Mayapán, y Tikal. La primera evidencia fiable de la existencia de entidades
políticas en las tierras bajas mayas se remonta al siglo ix a. C. Durante el Preclásico Tardío, el sistema
político maya evolucionó hacia una forma teopolítica, donde la ideología de élite justificó la
autoridad del gobernante, y se vio reforzada por la exhibición pública de los
rituales y la religión. El rey divino era el centro del poder
político, y ejercía un control absoluto sobre las funciones administrativas,
económicas, judiciales y militares de la entidad política. La autoridad divina
del gobernante era tal que el rey tenía la potestad de movilizar tanto la
aristocracia como los plebeyos para la ejecución de grandes proyectos de
construcción, al parecer sin recurrir a una fuerza policial ni un ejército
permanente. Algunas entidades políticas utilizaron la
estrategia de ampliar la administración y llenar los puestos administrativos
con fieles seguidores en lugar de familiares consanguíneos. Dentro de una entidad política, los centros
de población medianos habrían jugado un papel clave en la gestión de los
recursos y el manejo de conflictos internos.
El
panorama político maya era muy complejo, y las élites mayas se sirvieron de
intriga política para obtener ventajas económicas y sociales sobre sus vecinos. En el Clásico Tardío, algunas entidades
políticas alcanzaron un largo período de dominación sobre otras grandes
entidades políticas, como el dominio de El Caracol sobre Naranjo durante
medio siglo. En otros casos, se formaron redes de alianzas sueltas alrededor de
una ciudad dominante. Los asentamientos fronterizos a menudo
cambiaron de alianzas en el transcurso de su historia; generalmente se
encontraron a medio camino entre las capitales de entidades políticas rivales,
y en momentos diferentes podrían aliarse a uno u otro de sus vecinos
dominantes, o bien actuar de forma independiente. Las capitales de las entidades políticas
dominantes exigían tributo en forma de artículos de lujo de los centros
poblados subyugados. El poder político maya se vio reforzado por
el poder militar, y la captura y humillación de guerreros enemigos jugó un
papel importante en la cultura de la élite. Un sentido preponderante de orgullo
y honor entre la aristocracia guerrera pudiera dar lugar a disputas y vendettas
extendidas, resultando en inestabilidad política y fragmentación de las
entidades políticas.
Economia
El comercio era
un componente clave de la sociedad maya, y esencial para el desarrollo de la
civilización maya. Las ciudades que crecieron hasta convertirse en las más
importantes, por lo general controlaron el acceso a los bienes comerciales
vitales, o a las rutas de portaje. Ciudades como Kaminaljuyú y Q'umarkaj en las
tierras altas de Guatemala, y El Tazumal en El Salvador, controlaban
diversamente el acceso a los yacimientos de obsidiana en diferentes momentos de
la historia maya. Las ciudades más importantes del norte de la península de
Yucatán controlaban el acceso a las fuentes de sal. Durante el
Posclásico, los mayas estaban involucrados en un floreciente tráfico de esclavos en la
región mesoamericana.
Los mayas de Tabasco realizaron
un intercambio comercial intenso, que abarca del periodo Clásico al Posclásico
maya (del 600 d. C. al 900 d. C.), a través de una extensa
red de comunicación fluvial, que los convertiría en los grandes comerciantes de
la región Mesoamericana. Comalcalco fue de gran importancia durante el periodo Clásico,
como parte de las rutas comerciales en el sur de Mesoamérica. Esto es evidente
al descubrirse yugos, hachas y materiales líticos de Veracruz, Hidalgo y
Guatemala e iconografía del altiplano central, hachas de cobre provenientes de
lo que hoy es Michoacán, así como también
machacadores de piedra y de papel amate originarios de la zona actual de Puebla. Por otra parte
en Veracruz y Campeche se han
hallado figurillas y cerámicas con todo el estilo maya de Comalcalco.
Las ciudades del
oriente de Tabasco también fueron importantes centros comerciales, San Claudio era un importante centro exportador de puntas de
flecha hechas de pedernal las cuales
eran comercializadas a muchas ciudades algunas tan lejanas como Nito en Guatemala y Naco
en Honduras. Moral Reforma, Pomoná y Panhalé fueron
puertos fluviales por los cuales los mayas controlaban el paso de mercancías
provenientes de las montañas del Petén guatemalteco hacia la costa del Golfo de
México. En el posclásico, Potonchán fue un
importante puerto comercial, que intercambiaba mercancías desde el Altiplano
central hasta la costa hondureña, por su parte Xonuta era un gran
centro manufacturero de cerámica, la mercancía era comercializada a muchas
ciudades lejanas como Chactemal y Bakhalal en la costa
del Caribe.
Los mayas
participaban en el comercio a larga distancia en la región maya, Mesoamérica, y
más allá. En Mesoamérica, las rutas comerciales se centraron sobre todo en el
centro de México y la costa del golfo de México. En el Clásico Temprano,
Chichén Itzá era el centro de una extensa red comercial que importaba discos de
oro de Colombia y Panamá, turquesa de Los Cerrillos (Nuevo México). El comercio a
larga distancia de productos de lujo y bienes utilitarios fue probablemente
controlado por la familia real. Los bienes de prestigio obtenidos a través del
comercio se utilizaron para el consumo por el gobernante de la ciudad, y como
presentes de lujo para consolidar la lealtad de los vasallos y aliados. En la
metrópolis distante de Teotihuacan, en el centro de México, se identificó una
sección para comerciantes mayas que data del Clásico Temprano.
Estatuilla de la isla de Jaina que representa a un guerrero maya del periodo Clásico.
Puntas de lanza de Obsidiana y un núcleo lítico en Takalik Abaj.
Las rutas comerciales no solo permitieron el intercambio de productos, sino también facilitaron el intercambio de personas e ideas a lo largo de Mesoamérica. Cambios en las rutas comerciales se produjeron en función del auge y la caída de ciudades importantes de la región maya, y ocurrieron durante cada reorganización importante de la civilización maya, como el surgimiento de la civilización maya del Preclásico, la transición hacia el Clásico, y el colapso del Clásico Terminal. Incluso la conquista española no puso fin inmediatamente a toda la actividad comercial maya; por ejemplo, los choles del Manché del período de la conquista intercambiaron cultivos de prestigio como cacao, achiote y vainilla en el área virreinal de Verapaz.
Comerciantes
Poco se sabe acerca
de los comerciantes mayas, a pesar de que fueron representados en la cerámica maya en vestidos
finos y nobles. Por ello se sabe que al menos algunos comerciantes eran
miembros de la élite. También se sabe que la nobleza maya participaba en
expediciones comerciales de larga distancia durante el período de contacto con
los españoles. La mayoría de
los comerciantes pertenecía a la clase media y se dedicaba principalmente al
comercio local y regional en lugar del prestigioso comercio de larga distancia
que fue más bien el dominio exclusivo de la élite. Los viajes
comerciales en territorios extranjeros peligrosos se comparó con un pasaje por
el inframundo; las deidades
patronas de los comerciantes eran dos dioses del inframundo llevando
mochilas. Cuando los comerciantes salían para viajar, iban fuertemente armados
y pintados de negro, al igual que sus deidades patronas.
Los mayas no tenían animales de carga, por lo que todos los productos comerciales se transportaban en las espaldas de porteadores cuando iban por tierra; si la ruta comercial siguió el curso de un río o la costa, los productos se transportaban en canoas. Cristóbal Colón encontró una larga canoa comercial maya a lo largo de la costa de Honduras durante su cuarto viaje. La canoa había sido elaborada a base de un largo tronco ahuecado y tenía un techo de hojas de palma. Tenía un ancho de 2,5 m y fue propulsada por 25 remeros. Transportaba productos comerciales como cacao, obsidiana, cerámica, textiles, hachas y cascabeles de cobre, así como alimentos y bebidas para la tripulación. Se utilizó el cacao como moneda (aunque no exclusivamente), y su valor era tal que a veces fue falsificada mediante la eliminación de la carne de la vaina, sustituyéndola con tierra o cáscara de aguacate.
Mercados
Los mercados son difíciles de identificar en el registro arqueológico. Sin embargo, los españoles relataron sobre una próspera economía de mercado cuando llegaron en la región. En algunas ciudades del período Clásico, los arqueólogos identificaron provisionalmente a las estructuras arquitectónicas de mampostería en estilo arcada formal y alineaciones paralelas de piedras dispersas como las bases permanentes de puestos de mercado. Un estudio de 2007 analizó los suelos de un mercado guatemalteco moderno y comparó los resultados con los que se obtuvieron a partir del análisis en un posible antiguo mercado en Chunchucmil. En ambos sitios se encontraron niveles inusualmente altos de fósforo y zinc lo que indica la existencia de una actividad similar de producción de alimentos y venta de verduras. La densidad calculada de los puestos de mercado en Chunchucmil sugiere que ya existía una próspera economía de mercado en el Clásico Temprano. Tras combinar la arqueología y el análisis de suelos, los arqueólogos lograron identificar provisionalmente los mercados en un número creciente de ciudades mayas. Durante el Posclásico, en la época del contacto con los españoles, las ciudades del altiplano tenían mercados en plazas permanentes, que contaban con la presencia de funcionarios para resolver disputas, hacer cumplir las normas, y recaudar impuestos.
Agricultura
El maíz era un alimento básico de la dieta maya.
Los antiguos
mayas tenían métodos variados y sofisticados para la producción de alimentos.
Previamente, se creía que la agricultura itinerante (tala y quema) proporcionaba la
mayor parte de los alimentos, pero hoy en día
se piensa que los campos elevados permanentes, los bancales, la jardinería/horticultura
intensiva, los jardines forestales y los barbechos gestionados también fueron
cruciales para sustentar las grandes poblaciones del periodo Clásico en algunas
áreas. La evidencia de
estos diferentes sistemas agrícolas persiste en el presente; por ejemplo, con
fotografías aéreas es posible distinguir campos elevados conectados por
canales. En las zonas
que habían sido densamente pobladas en la época precolombina, la composición
contemporánea de las especies selváticas muestra una abundancia
significativamente mayor de especies con valor económico para los antiguos
mayas, y los registros
de polen en los
sedimentos de los lagos en Mesoamérica sugieren que, desde al menos
2500 a. C., el maíz, la yuca, el girasol, el algodón, y
otras plantas, se cultivaron en asociación con la deforestación.
Los alimentos
básicos de la dieta maya eran el maíz, los frijoles, y las calabazas. Estos se complementaban
con una amplia variedad de otras plantas, cultivadas en jardines o recolectadas
en la selva. Como consecuencia de una erupción volcánica en Joya de Cerén, se conservó un
registro de los alimentos almacenados en los hogares mayas, que incluía chiles y tomates. Semillas de
algodón estaban en proceso de ser molidas, posiblemente para producir aceite de
cocina. Además de los alimentos básicos, los mayas produjeron también cultivos
de prestigio, como el algodón, el cacao y la vainilla. El cacao fue
especialmente apreciado por la élite, que consumía bebidas de chocolate. El algodón fue
hilado, teñido y tejido para producir valiosos textiles para el comercio.
Los mayas tenían
pocos animales domésticos; Los perros fueron
domesticados por el año 3000 a. C., y el pato criollo por el
Posclásico Tardío. Los pavos ocelados no eran adecuados para la domesticación, pero
fueron capturados en la naturaleza y enjaulados para el engorde. Todos estos
animales eran destinados al consumo; los perros se utilizaron también para la
caza. Es posible que los ciervos también fuesen encerrados para el engorde.
Religión y
mitología
Como el resto de
Mesoamérica, los mayas tenían una religión politeísta y creían en
un reino sobrenatural habitado por un conjunto de poderosas deidades. Estas
deidades tenían que ser aplacadas con ofrendas ceremoniales y prácticas
rituales. En el centro de
la práctica religiosa maya se encontraba el culto a los antepasados difuntos, que actuarían como
intermediarios para sus descendientes vivos en el trato con los habitantes del
reino sobrenatural. Los primeros
intermediarios entre los seres humanos y el reino sobrenatural eran los chamanes. A medida que la
civilización maya se desarrolló, la élite gobernante codificó los conceptos
generales de la sociedad maya, y los convirtió en cultos religiosos que
justificaron su derecho a gobernar. En el Preclásico
Tardío,[349] el pináculo de
este proceso fue la combinación del máximo poder político y religioso en el rey
divino, el ajaw k'uhul. Aunque es
difícil de reconstruir el sistema de creencias a través de la arqueología,
existen indicadores de la práctica ritual que dejan huellas físicas. Estos incluyen
depósitos dedicatorios y otros depósitos rituales, santuarios, tumbas y
las ofrendas funerarias correspondientes.
Además, el conjunto del arte maya, la arquitectura y la escritura contribuye a
la reconstrucción de las antiguas creencias mayas; estos pueden combinarse con
fuentes etnográficas, incluidos los
registros de las prácticas religiosas mayas elaboradas por los españoles
durante la conquista.
Los mayas tenían
una visión altamente estructurada del cosmos; distinguieron trece niveles en el
cielo, y nueve niveles en el inframundo; el mundo de los mortales ocupaba una
posición entre el cielo y el inframundo. Cada nivel contaba con cuatro puntos
cardinales, que se asociaban con un color diferente. Las principales deidades
tenían aspectos asociados con estas direcciones y colores; el norte era blanco,
el este era rojo, el sur era amarillo, y el oeste era negro.
En Comalcalco se han encontrado 14 entierros funerarios y un panteón con 116 tumbas único en la cultura maya.
Las familias
mayas enterraban a sus muertos debajo de los pisos de sus casas, junto con las
ofrendas apropiadas para la posición social de la familia y, en algunos casos,
acompañados de objetos (botones de jade en la boca del difunto, estatuillas a
su lado...) con la finalidad de acompañarlos en el más allá, donde los difuntos
podrían actuar como antepasados protectores. Como los linajes mayas eran patrilineales, a menudo se
destacó la adoración de un prominente ancestro masculino con un santuario en el
hogar. Sin embargo, esta costumbre popular no seguía los principios de la
teología sacerdotal, pues la supervivencia del alma estaba reservada
oficialmente solo a una minoría de elegidos, como el rey, los héroes o las
víctimas que aceptaban el sacrificio. A medida que la
sociedad maya se desarrolló, y la élite se volvió
más poderosa, la realeza maya desarrolló santuarios hogareños en las grandes
pirámides, donde se encontraban las tumbas de sus antepasados.
Se consideraba que las fuerzas sobrenaturales impregnaban la vida, influyéndola en todos sus aspectos, desde las actividades cotidianas más sencillas, tales como la preparación de alimentos, hasta el comercio, la política y las actividades de la élite. Las deidades mayas regían todos los aspectos del mundo, tanto visibles como invisibles. El sacerdocio maya era un grupo cerrado, cuyos miembros provenían de la élite establecida; hacia el Clásico Temprano estaban grabando información ritual cada vez más compleja en sus libros glíficos, incluyendo observaciones astronómicas, ciclos calendáricos, acontecimientos históricos y mitológicos. Los sacerdotes realizaron ceremonias públicas que incluyeron banquetes, derramamientos de sangre, la quema de incienso, música, danza ritual, y, en ciertas ocasiones, sacrificios humanos. Durante el período Clásico, el gobernante maya era también el sumo sacerdote y el conducto directo entre los mortales y los dioses. Es muy probable que, entre los plebeyos, el chamanismo hubiera continuado de manera paralela a la religión del Estado. Por el Posclásico, el énfasis religioso había cambiado; hubo un incremento en el culto de las imágenes de deidades, y se buscaba recurso en los sacrificios humanos con mayor frecuencia.
Sacrificio humano
Los héroes gemelos representados en una vasija Maya.
La sangre se consideraba
un potente alimento para las deidades mayas, y el sacrificio de un ser vivo era visto como una poderosa ofrenda
de sangre. Por extensión, el sacrificio de una vida humana se consideraba la
mayor ofrenda de sangre a los dioses, y por lo tanto, los rituales mayas más
importantes culminaron en el sacrificio humano. Por lo general, solo se
sacrificaban prisioneros de guerra de alto rango; los cautivos de rangos
menores fueron utilizados como mano de obra.
Los rituales
importantes, como la dedicación de grandes proyectos de construcción o la
entronización de un nuevo gobernante, requerían una ofrenda humana. El
sacrificio de un rey enemigo era la ofrenda más preciada, y tal sacrificio
suponía que la muerte del gobernante cautivo se hiciera con una recreación
ritual de la decapitación del dios del maíz por los dioses de la muerte. En el año 738,
el rey vasallo K'ak' Tiliw Chan Yopaat de Quiriguá capturó su señor, Uaxaclajuun
Ub'aah K'awii de Copán, y unos días más tarde, le decapitó ritualmente; El ritual
asociado con la decapitación de un rey enemigo puede haber tomado la forma de
un juego de pelota ritual, recreando la victoria de los héroes gemelos sobre
los dioses del inframundo. Existen
representaciones del sacrificio por decapitación en el arte maya del periodo
Clásico, y, en ocasiones, el ritual se llevó a cabo después de que la víctima
fuese golpeada, torturada, escalpada, quemada o destripada. El mito de los
héroes gemelos, incluido en el Popol Vuh, relata como uno
de los gemelos fue decapitado por sus adversarios en el juego de pelota.
Durante el período Posclásico, la extracción del corazón era la ejecución más común del sacrificio humano, una influencia de la práctica de los aztecas en el Valle de México; por lo general este ritual se llevó a cabo en la plaza de un templo, o en la cima de una pirámide. Dependiendo del ritual específico, a veces el cadáver sería despellejado por los asistentes de los sacerdotes, con excepción de las manos y pies. El sacerdote oficiante quitaría entonces su traje ritual para vestirse con la piel de la víctima del sacrificio, y realizar una danza ritual que simbolizaba el renacimiento de la vida. Las investigaciones arqueológicas indican que el sacrificio del corazón ya se practicaba en el periodo Clásico.
Deidades
Dintel 25 de Yaxchilán, del periodo Clásico, tiene una representación de la serpiente de visión.
Marcador posclásico del juego de pelota en Mixco Viejo, que representa Q'uq'umatz llevando a Tohil por el cielo en sus mandíbulas.
El mundo maya
estaba poblado por una gran variedad de deidades, entidades sobrenaturales y
poderes sagrados. Los mayas tenían una tan amplia interpretación de lo que era
sagrado, que la identificación de deidades con diferentes funciones específicas
sería incorrecta. La
interpretación maya de las deidades estaba intrínsecamente ligada al
calendario, la astronomía y su cosmovisión. La importancia
de una deidad, sus características y sus asociaciones, variaban de acuerdo con
el movimiento de los cuerpos celestes. Por lo tanto, la interpretación
sacerdotal de los registros astronómicos y los libros era crucial, ya que el
sacerdote entendería qué deidad necesitaba la propiciación ritual requerida,
cuándo realizar las ceremonias correctas, y cuál sería una ofrenda apropiada.
Cada deidad tenía cuatro manifestaciones, asociadas con las direcciones
cardinales, y cada una vinculada con un color diferente. También tenía aspectos
dicotómicos, como día-noche y vida-muerte.
Itzamna era
el dios creador, pero también encarnaba el cosmos, y era a la vez
un dios solar; K'inich Ahau, el
«sol día», fue uno de sus aspectos. Con frecuencia, los reyes mayas se
identificaron con K'inich Ahau. Itzamna también tenía el aspecto de «sol
noche», el Jaguar Noche, representando el Sol en su viaje por el inframundo. Los
cuatro Pawatun sostenían las
esquinas del reino de los mortales; en el cielo, los Bacab tenían una
función semejante. Además de sus cuatro aspectos principales, los Bacab tenían
docenas de otros aspectos que aún no son bien comprendidas. Los
cuatro Chaac eran dioses de las tormentas, que controlaban la lluvia, los
truenos y los relámpagos. Cada uno de los
nueve «señores de la noche» gobernaron uno de los reinos del inframundo. Otras deidades
importantes incluyeron la diosa de la Luna, el dios del
maíz, y los héroes gemelos.
Mascarón de una deidad
asociada con la oscuridad y la muerte. Zona arqueológica de Pomoná, Tabasco.
El Popol Vuh, que se escribío
en el alfabeto latino en la época colonial, fue probablemente la transcripción
de un libro glífico escrito por un noble quiché desconocido. Es una de las
obras más destacadas de la literatura indígena en América. El Popol Vuh narra la creación mítica del mundo,
la leyenda de los héroes gemelos, y la historia posclásica del reino quiché. Las deidades
mencionadas en el Popol Vuh incluyen Hun Hunahpu, el dios del
maíz de los quichés, y una tríada de
dioses encabezados por Tohil, la deidad
patrona de los quichés, e incluyendo también a la diosa de la Luna, Awilix, y el dios de la montaña, Jacawitz.
Al igual que
otras culturas mesoamericanas, los mayas veneraron a las deidades de la serpiente emplumada. Su culto era
raro durante el período Clásico, pero en el
Posclásico la veneración de la serpiente emplumada se había extendido por la
península de Yucatán y el altiplano de Guatemala. En Yucatán, la deidad de la
serpiente emplumada era Kukulkan, entre los
quichés era Q'uq'umatz. Kukulkan tuvo
sus orígenes en la Serpiente de la guerra Waxaklahun Ubah Kan del periodo Clásico, y también
ha sido identificado como la versión posclásica de la Serpiente de visión, conocida del arte maya del periodo
Clásico. Aunque el culto
a Kukulcán tuvo sus orígenes en estas antiguas tradiciones mayas, fue
fuertemente influenciado por el culto a Quetzalcóatl de la zona
central de México. Del mismo modo,
también Q'uq'umatz tenía un origen compuesto, que combinaba los atributos del
Quetzalcóatl mexicano con aspectos de Itzamná del periodo Clásico.
Social
La sociedad maya del Postclásico estaba organizada jerárquicamente y se distinguían cuatro clases sociales: la nobleza, el sacerdocio, los plebeyos y los esclavos. ... Entre ellos, sobresalen el idioma, la organización familiar y las actividades económicas de subsistencia, como la artesanía y los tejidos.
D).- Pueblo purépecha
La nación purépecha (p'urhepecha o p'urhe, idioma purépecha
[pʰuˈɽepeʧa]) es un pueblo indígena que habita primordialmente en el estado de
Michoacán, México. Sus miembros son conocidos como p’urhépecha en su etimología
purépecha P'urhépecherio ('tierra de purépechas') y fueron conocidos como los
michoacas o michoacanos en su etimología náhuatl, como habitantes de Michoacán
('lugar de pescadores'), y que también habitaron en los estados de Guanajuato y
Guerrero, en México.
Purépecha
(p'urhé o p'urhépecha)
Ubicación |
|
Descendencia |
141 177 |
Idioma |
Idioma p'orhé o purépecha |
Religión |
Politeísmo |
Meseta Tarasca, en Michoacán |
|
|
En su mayoría los purépechas viven en los
22 municipios de Michoacán que forman la “región purépecha”: Coeneo, Charapan,
Cherán, Chilchota, Erongarícuaro, Los Reyes, Nahuatzen, Nuevo Parangaricutiro,
Paracho, Pátzcuaro, Peribán, Quiroga, Tancítaro, Tangamandapio, Tangancícuaro,
Tingambato, Tingüindín, Tocumbo, Tzintzuntzan, Uruapan, Zacapu y Ziracuarétiro. Los grupos que han migrado se han
establecido principalmente en estados mexicanos vecinos como Jalisco, Guanajuato, Guerrero, Estado de México, Colima, y también
en Ciudad de México y Estados
Unidos. Las actividades básicas de la mayoría
de los purépechas son la metalurgia, que es lo que impidió la conquista de los
mexicas, la agricultura, ganadería, alfarería, pesca y la elaboración de diversas
artesanías y trajes típicos, etc.
Historia
Representantes de la gente
P'urhépecha en la “Muestra de Indumentaria Tradicional de Ceremonias y Danzas
de Michoacán” de 2015, parte del tianguis de domingo de ramos en Uruapan,
Michoacán.
Entre los siglos XV y XVI, el
imperio purépecha, con capital en Ts'intsúntsani o Tzintzuntzan, fue una
potencia mesoamericana de primera magnitud que resistió el empuje del Imperio
mexica. Su imperio abarcaba la parte sur del estado de Guanajuato, gran parte
del estado de Michoacán y la región norte del estado de Guerrero hasta el sur
del Estado de México. Dado que era gobernado por clanes enseñoreados en varias
casas establecidas en varios puntos, podría hablarse de una confederación de
éstos, a partir de cierta época de su historia hasta la invasión española de
sus territorios. Su éxito militar y económico se debió, en parte, a que los
purépechas eran hábiles trabajadores de metales como el oro y el cobre.[4] Este
factor sin duda ayudó a mantener su independencia de los mayas. Los purépechas
antiguos eran hablantes exclusivos del idioma purépecha, una lengua aislada que
no guarda relación histórica demostrada con ninguna otra en la región. La más
famosa fuente de información acerca de los purépechas es la Relación de
Michoacán redactada por Fray Jerónimo de Alcalá para el Virrey Antonio de
Mendoza alrededor de 1540
Estado Tarasco
Artículo principal: Estado tarasco
El mayor personaje en la historia
de los P'urhépecha es el rey Tariácuri (sacerdote del viento) nacido en el
siglo XIV, un símil de Topiltzin Quetzalcóatl. Durante el reinado de Tariácuri
el pueblo p'urhépecha se consolidó como un poderoso imperio cuya influencia se
expandió enormemente lo largo de Mesoamérica. Al final de su vida, Tariácuri
dividió administrativamente su imperio en tres reinos, uno resguardado por su
hijo Hiquíngare y los otros por sus dos sobrinos Hiripan y Tangaxoán.
Posteriormente Axayácatl, emperador de los aztecas, invadió el imperio
purépecha, lo que llevó a que se unieran los tres reinos hasta entonces
divididos, en uno solo, con Tangaxoán I como rey del imperio reunificado que
logró expulsar finalmente a los mexicas del territorio purépecha. Sin embargo
los conflictos entre nahuas y purépechas no terminarían, ya que después de la
derrota de los mexicas comenzaría la guerra del salitre.
Después de la llegada de los
españoles, el irecha ('señor de las innumerables casas') o señor michoacano
Tangaxoán II se sometió sin presentar resistencia ante el conquistador hispano
Cristóbal de Olid con el objetivo de salvar a su gente y de negociar un tratado
de paz. En 1530 el gobernador y presidente de la Primera Audiencia Nuño de
Guzmán saqueó la región, destruyendo templos, centros ceremoniales y tumbas en
búsqueda de metales preciosos. Asimismo, mandó ejecutar a Tangaxoán II, después
de someterlo a un juicio en que se le acusó de dar muerte a españoles, mantener
ocultamente su antigua religión y alentar la desobediencia. Esto provocó un
caos en la región. Muchos indígenas huyeron a los cerros y ocurrieron diversos
episodios de violencia.
Era colonial
Esta situación movió a la Corona
a enviar como "visitador" al oidor y posteriormente obispo don Vasco
de Quiroga. Quiroga logró establecer un orden colonial duradero que a la vez
favoreció la continuidad de los remanentes de la cultura p'urhépecha a través
de los siglos. Se le atribuye la enseñanza de diversos oficios, las
especializaciones artesanales de cada pueblo y otras tradiciones con
influencias españolas que permanecen hasta hoy día.
Durante la época colonial el
territorio p'urhépecha fue dividido en varias jurisdicciones gobernadas por
alcaldes mayores, dependientes del virreinato de la Nueva España. Del punto de
vista eclesiástico, la mayor parte de este territorio quedó dentro del Obispado
de Michoacán.
Por otro lado, muchos P'urhépecha
participaron en la colonización y poblamiento del norte de la Nueva España, y
de las regiones inhabitadas del Bajío (teniendo en cuenta que parte del Bajío
pertenecía ya, en esa época, al imperio purépecha).
Los P'urhépecha vivieron en
pueblos de indios. Los más importantes tenían un gobernador y un cabildo
indígena, integrado por regidores, alcaldes y alguaciles de elección anual.
Estas autoridades tenían un control corporativo sobre las tierras, aguas y
bosques, así como facultades judiciales, fiscales y administrativas en el
ámbito local.
Asimismo, en la mayor parte de
los pueblos se establecieron hospitales. La iniciativa se ha atribuido tanto al
obispo Vasco de Quiroga como a los franciscanos, en particular a fray Juan de
San Miguel. Estos hospitales, además de sus funciones propiamente médicas,
tenían propósitos educativos y de asistencia social. El ejemplo más notable es
el de la fundación quiroguiana de Santa Fe de la Laguna.
La población p'urhépecha fue
duramente afectada por las epidemias en el siglo XVI, particularmente por el
cocoliztli o teretsekua de 1576. A fines del siglo XVI la Corona española
procedió a un programa de "congregaciones" o reubicación y concentración
de pueblos, lo cual provocó la desaparición de muchas poblaciones menores.
Religión
Originalmente la cultura
purépecha tenía su propia religión original y nativa del imperio purépecha que
mantuvo hasta el contacto hispánico, posterior a este contacto comenzó la
evangelización de los purépechas, por parte de las órdenes fransciscanas en las
regiones fronterizas del imperio purépecha, ya anexado a la corona española
cuando todavía vivía Tangaxoán II. Posterior a la muerte de Tangaxoán II
provocada por Nuño de Guzmán, se produjo una rebelión en la región, por lo cual
se comisionó a los misioneros franciscanos y agustinos, y al abogado y
humanista Vasco de Quiroga, calmar la situación después de la Segunda Audiencia
(y de la deportación de Nuño de Guzmán a España), lo que desembocó en la
adopción del catolicismo de gran parte de los purépechas a mediados de la era
colonial. Actualmente la mayor parte de los purépechas son católicos. Desde
cierto punto de vista y ya que, antes de la Conquista, la confederación de
clanes tarascos tenían otra configuración sociopolítica y poliétnica, el pueblo
purépecha —como hoy está constituido— nació en el siglo XVI, cuando se
cristianizaron dichos clanes.
La religión purépecha prehispánica
Tradicionalmente se ha
considerado que la religión p'urhépecha prehispánica era de tipo politeísta.
Aunque José Corona Núñez sugiere que creían en un principio creador conformado
por una parte masculina Curicaveri o Curicaheri y otra femenina Cuerahuáperi.
Existía también la "palabra" o "soplo divino" o mensajero,
llamado Curitacaheri. También esta tríada se puede ver como la madre, el padre
y la creación del nuevo ser; mientras que el principio creador masculino se
representaba por medio del Sol, el principio creador femenino por la Luna y el
producto o mensajero era Venus.
El cosmos de los p'urhépecha
estaba formado por tres mundos: el mundo de los muertos Cumánchecuaro situado
bajo Tierra, el mundo de los vivos Echerendu situado en la superficie de la
Tierra y el mundo de los dioses engendradores Aúandarhu situado en el cielo.
Mientras que el cosmos se dividía en cinco diferentes direcciones, cada una
custodiada por deidades llamadas Tirépemes:
• Oriente:
identificado por el color rojo, lugar donde renace el Sol y custodiada por
Tirépeme-Quarencha.
• Occidente:
identificado por el color blanco, lugar donde moría el Sol y custodiada por
Tirépeme-Turupten.
• Norte:
identificado por el color amarillo, dirección del solsticio de invierno y
custodiada por Tirépeme-Xungápeti.
• Sur:
identificado por el color negro, entrada al paraíso (tlallocan mexica) y
custodiada por Tirépeme-Caheri.
• Centro:
identificado por el color azul, lugar donde renace el Sol y custodiada por
Chupi-Tirépeme.
Cada Tirépeme era una
manifestación (hermano) de Curicaveri, y cada dirección representaba una
estadía (casa) del dios sol-fuego. A cada dirección estaban adjudicadas
distintas propiedades, haciendo parecer que cada Tirépeme era una deidad
diferente.
Algo similar ocurría con
Cuerahuáperi ('desatar en el vientre') que es la gran creadora, dadora de vida
y de muerte, ella también tenía cuatro manifestaciones (hijas) que eran las
nubes de las cuatro diferentes direcciones (simbolizadas por diferentes colores);
las cuales podía hacer germinar la vida con lluvias adecuadas, ahogarla con
torrenciales aguaceros o destruirla con granizadas y heladas.
La más importante manifestación
de Cuerahuáperi era su hija Xarátanga ('diosa de los mantenimientos') representada
por la luna nueva, mientras que su madre resulta ser la luna menguante (vieja).
De una manera similar a que el sol de oriente es hijo o
"renacimiento" del sol muerto en occidente, Xarátanga (la luna nueva)
es la renovación de Cuerahuáperi (la luna menguante).
De esta forma las manifestaciones
del principio creador adquiere diferentes formas y nombres de acuerdo a la
dirección y el estrato del cosmos del que se trate. Sugiriendo una religión
politeísta conformada de un amplio panteón, visión que no es adecuada.
Economía de los purépechas
Fueron un pueblo agrícola en este
sentido, sustentaban su sistema económico con la siembra de maíz, frijol,
calabaza, chile, algodón. Intercambiaban productos con otros pueblos, etc. El
uso del cobre para fabricar anzuelos de pesca y utensilios para labrar la
tierra, les facilito sobre todo la pesca que fue muy importante en su vida
económica como pueblo, también la caza y recolección complementaba todas las
demás actividades económicas.
Religión de la cultura purépecha
Los purépechas al igual que las
demás culturas mesoamericanas tenían un concepto del mundo que los rodeaba
místico, creían que este se dividía en el mundo terrestre y el inframundo.
Daban al fuego un carácter sagrado, este era representado por el dios Curicaueri,
consideraban que con el humo que se desprendía de la hoguera ritual dedicada a
el dios fuego era posible comunicarse con este, las creencias religiosas de los
purépechas eran de tipo politeísta y sus principales dioses son los siguientes.
E).- CULTURA MEXICA
Los mexicas (del náhuatl mēxihcah [meː'ʃiʔkaʔ], «mexicas», llamados en la historiografía
tradicional aztecas, fueron un pueblo mesoamericano de
filiación nahua que fundó México-Tenochtitlan. Hacia el siglo XV, en el
periodo Posclásico tardío, se convirtió en el
centro de uno de los Estados más
extensos que se conoció en Mesoamérica, asentado en
un islote al poniente del lago de
Texcoco, sobre los márgenes centro y sur de los lagos, como en Huexotla,
Coatlinchan, Culhuacan, Iztapalapa, Chalco, Xico, Xochimilco, Tacuba,
Azcapotzalco, Tenayuca y Xaltocan, hacia finales del Posclásico temprano
(900-1200), hoy prácticamente desecado. Sobre el
islote se asienta la actual Ciudad de México, que corresponde a la
misma ubicación geográfica. Aliados con otros pueblos de la cuenca lacustre
del valle de México —Tlacopan y Texcoco—. Los mexicas
sometieron a varias poblaciones indígenas que se
asentaron en el centro y sur del territorio actual de México, agrupados
territorialmente en altépetl.
Civilización Mexica
Reconstrucción de Mexico-Tenochtitlán, ciudad capital del imperio mexica
Información histórica |
|
Primeros registros |
1325 |
Decadencia |
|
Causa |
Conquista por parte de los
españoles en alianza con los pueblos mesoamericanos |
Información
geográfica |
|
Área cultural |
Mesoamérica |
Sub área cultural |
Altiplano Central |
Equivalencia actual |
México (ver estados)
|
Información
antropológica |
|
Idioma |
Náhuatl clásico |
Religión |
Religión mexica |
Los mexicas son caracterizados por la
explotación de cultivos altamente simbióticos —dependientes de manipulación
humana, como maíz, chile, calabaza,
frijol,cacao, etc.—; el uso extensivo de plumas para la confección de
vestimentas; el uso de calendarios astronómicos —uno ritual de 260 días y otro
civil de 365—; una sofisticada metalurgia prehispánica ornamental
y militar basada principalmente en el bronce, oro y plata; una escritura en forma de pictogramas,
usada para documentar hechos y cálculos de obras arquitectónicas basados en
un sistema métrico propio para medir terrenos, comparable a otros
sistemas de medida de la Edad
Moderna; el uso extensivo de productos derivados
de las cactáceas y agaves; y el tratamiento de rocas ígneas (obsidiana) con fines
quirúrgicos y bélicos.
Historia
El origen de los mexicas se
sitúa entre los grupos hablantes de náhuatl del norte del actual México y
antecesores de los asentados durante la llamada etapa chichimeca. Tradicionalmente se pensó que hubo una
división de raza entre Aridoamérica —con grupos cazadores-recolectores
principalmente— y Mesoamérica, con pueblos sedentarios y agricultores. Por los estudios más recientes se sabe
que no fue así y que la diversidad étnica permitió a muchos grupos de origen
chichimeco poseer diversos grados de estratificación y sedentarismo, según las
variantes regionales y las condiciones ambientales donde se asentaron. Por ello
al tener un contacto mayor con grupos mesoamericanos adoptan modos y usos civiles que
tenían ya de alguna forma en el norte del actual México.
Los
mexicas se consideran la última gran migración chichimeca al Altiplano Central, lo cual se dice
ocurrió entre los siglos XII y XIII. El mito mexica oficial enuncia su origen
mítico en Aztlán, una isla originaria de donde partieron
por designios divinos. La evidencia histórica muestra —a excepción de las
hipótesis de Wigberto Jiménez Moreno y Paul Kirchhoff que las sitúan en la isla de Mexcaltitlán Nayarit o en el sur de Guanajuato, respectivamente— que la idea de Aztlán
responde como muchos otros simbolismos y difrasismos mexicas, a una concepción
mítica y arquetípica del islote de México-Tenochtitlan, en el que el mito se fraguó ya con el
esplendor de dicha urbe, además de que las fuentes documentales mencionan una
asimilación de lo mesoamericano desde las primeras etapas de la migración.
Según la visión mítica mexica, la salida de la isla se hizo en cuatro o siete
grupos calpulli del que era el más fuerte los
huitznahuaque, que tenían como dios tutelar a Huitzilopochtli, acompañados de los teomamaques o
sacerdotes que portaban los diversos tlaquimilolli (bultos sagrados), que
contenían reliquias de los antepasados o diversos objetos muy sagrados para los
grupos.
El Códice
Boturini enuncia la
ruta oficial hecha por los mexicas, que incluyó sitios de Hidalgo y México; hay más de 30 fuentes que aparentemente
señalan particulares itinerarios, estos a través del análisis se reducen a tres
principales rutas, por lo que es necesario tomar en cuenta además del Boturini
esas otras dos grandes tradiciones. La segunda deriva del Códice Mexicanus y la
tercera del Códice Telleriano-remensis.
La
tradición mítica oficial debe verse a través de la manera en que los antiguos
mexicanos creaban y escribían su historia, a la cual intentaban de insertar
elementos religiosos y políticos, por lo que hay que separar sus componentes y
discernir buscando los hechos históricos más plausibles.
Llegada a la Cuenca de México
Primera
página del Códice Boturini
Al
arribar a la Cuenca
de México los mexicas
encontraron un panorama político complejo y asentado, así como el sometimiento
por parte de los tepanecas de Azcapotzalco a casi todos los altepetl; podemos
considerar por las fuentes que su arribo es al momento de asentarse en la
región de Xaltocan-Tzompanco, lo más probable entre 1226 y 1227. Este parece
ser el momento histórico más firme del cual parte su difusión hacia la orilla
occidental del Lago de Texcoco, hasta asentarse en Chapultepec aproximadamente
en 1280. Luego de salir expulsados de Chapultepec (1299) por los altépetl de Azcapotzalco, Xaltocan, Culhuacan y Xochimilco, se asientan en Tizaapan, dominio
territorial de Culhuacan, el cual abandonan por la dureza de las
condiciones y un enfrentamiento con los culhuas, yendo hacia la región de Texcoco antes de elegir un islote donde ya
existían asentamientos previos, según evidencias arqueológicas.
Según
la historia oficial aceptada, en un islote al poniente del lago de Texcoco, fundaron los mexicas México-Tenochtitlan en el año 2 Calli o 1325 en
donde se cumplió, según el mito oficial, la profecía de un águila devorando una serpiente sobre un nopal. Ahora se sabe que los mexicas se
establecieron previamente en diversas poblaciones, incluso fundaron algunas
ciudades (como ejemplo Huixachtitlán), la información codificada en los
documentos revela que ya habitaban el islote desde 1274. El asentamiento final
incluyó la aceptación de Azcapotzalco como altepetl supremo, tributándole
periódicamente y una condición general de obediencia. El islote estaba crecido
de tulares, carrizos y una rica diversidad acuática que les permitirá la
subsistencia así como una posición militar estratégica, si bien los primeros
años sus condiciones de vida serán precarias.
Los mexicas y la guerra
La religión
mexica enseñó que era
necesario apaciguar a los dioses con sacrificios humanos.
Por eso, explica el historiador Víctor W. von Hagen:
"La guerra y
la religión,
al menos para los aztecas, eran inseparables. Pertenecían la una a la otra. ...
Con el fin de obtener apropiados prisioneros-víctimas que sacrificar a los
dioses, había incesantes guerras pequeñas e incluso su armamento estaba
dispuesto para incapacitar, no para matar, todo para obtener el alimento para
los dioses: la sangre y el corazón.”
Religión
Religión mexica |
|
Dibujo cosmológico
azteca con el dios Xiuhtecuhtli,
el señor del fuego y del Calendario en el centro y los otros dioses
importantes a su alrededor, cada uno frente a un árbol sagrado (del Códice Fejérváry-Mayer). |
|
Deidad o deidades principales |
Ometecuhtli, Huitzilopochtli, Quetzalcoatl, Tláloc, Tezcatlipoca |
Tipo |
Politeísta |
Lengua litúrgica |
Náhuatl |
País o región de
origen |
Antigua Mesoamérica |
Clero |
Sacerdotes |
|
Al
llegar al valle
de México o valle
del Anáhuac, los mexicas
trataron de incorporar la cultura y los dioses de las civilizaciones más
avanzadas que ya estaban establecidas, así como los de civilizaciones más
antiguas como la tolteca; así, incluyeron a Tláloc, Tezcatlipoca y a Quetzalcóatl.
Sin
embargo, algunos dirigentes mexicas (como Tlacaélel) modificaron la historia para poner a su
dios tribal, Huitzilopochtli, al mismo nivel que los demás dioses
nahuas.
Conforme
los mexicas comenzaron a conquistar a otros pueblos, fueron aceptando nuevos
dioses y enlazando sus historias con las de los dioses que ya tenían.
Estudiosos
como Miguel León-Portilla sugieren
que, en la época de la conquista, los mexicas estaban en un proceso de sincretización donde todos los dioses serían sólo
expresiones de las potencias de una deidad principal, Ometéotl/Omecíhuatl.
Ésta
es una antigua pareja de dioses; sus nombres literalmente significan
"Señor dios, Señora dios", pero usualmente se traduce como
"nuestro señor/señora de la dualidad", lo que implica un dios con características
femeninas y masculinas. Este dios es mucho más antiguo que la civilización nahua, y según algunas leyendas es el origen de
todos los dioses. El pueblo difícilmente lo conocía, pero entre las clases
superiores se le rendía una especie de culto. Otros nombre que recibía eran:
"El señor del cerca y junto", "El inventor de sí mismo"
y Tonacatecuhtli (El señor de nuestra carne).
Ofrendas humanas
La información que
sigue es meramente especulativa y está basada en el estudio de códices
intervenidos o creados después de la caída de Tenochtitlán, escritos en español
de la época. La cultura mexica es particularmente idealizada por la práctica
de sacrificios humanos; los ofrecimientos a
Huitzilopochtli serían hechos para restaurar la sangre que perdió, ya
que el sol era confrontado en una batalla diaria. Esto prevendría el fin del
mundo que podría suceder en cada ciclo de 52 años. La dedicación del gran
templo en Tenochtitlán fue divulgado por
los mexicas según lo referido, con un sacrificio de más de 84.000 prisioneros;
sin embargo, este número probablemente fue una exageración de los mismos mexicas
para infundir miedo entre sus enemigos, pues en el relato insisten en que
el Tlatoani sacrificó
personalmente a todas las víctimas en el curso de 4 días. Como medida de
comparación, en los días finales del campo de concentración de
Dachau, con tecnología moderna las 24 horas, se podía disponer de 4500
víctimas al día.
Las víctimas
sacrificadas a Xipe
Tótec eran atadas a un poste y eran cubiertas por completo por
flechas que les eran lanzadas. Posteriormente el cadáver sería desollado y un
sacerdote se cubriría con la piel. Representan la renovación de la tierra para
volver a ser fértil. La Madre Tierra, Teteoinnan, requería víctimas
femeninas desolladas. Tláloc requería niños
enfermos masculinos.
Los mexicas
frecuentemente iniciaban guerras —las llamadas guerras
floridas— con el intento de capturar prisioneros para usarlos en los
sacrificios. Existen múltiples relatos de los conquistadores capturados que
fueron sacrificados durante las guerras de la conquista española de México,
aunque solamente Bernal
Díaz afirmó ser un testigo de ello.
En ocasiones, los
mexicas mataban a los cautivos más aristocráticos, notables por su valor en
combate ritual: encadenaban la víctima al piso, quien vestía solamente un
taparrabos, le daban un arma falsa y un escudo, y era muerto luchando contra
un guerrero
jaguar completamente armado. Se dice que cuando un pueblo era
derrotado, los sacerdotes mexicas seleccionaban de los cautivos, al guerrero
más destacado de los adversarios y lo tiraban por las escaleras del Templo
Mayor. Al terminar su caída, los intestinos eran utilizados para las fieras del
zoológico, y el cuerpo era entregado al guerrero. Este hervía el cuerpo y
separaba la carne, se quedaba con los huesos como trofeo y partía la carne en
fragmentos muy pequeños que ofrecía a los señores, incluso de otros pueblos.
Los señores pretendían comerla, pero según algunos relatos, como el Códice
Ramírez, y la relación del nieto de Nezahualcóyotl, la carne en sí, se
consideraba que carecía de valor, por lo que era sustituida por carne de
guajolote (pavo). A cambio de esta carne, el guerrero recibía grandes
obsequios: Joyas, plumas ricas, mantas finas y esclavos. Este era un método
para estimular a los guerreros exitosos y ayudarlos a subir en la escala
social.
Tezcatlipoca requería un
sacrificio voluntario. Cada año un joven era ofrecido como víctima. Durante un
año lo honrarían como dios en la tierra, y entonces éste sería sacrificado.
Tláloc requería niños llorones (enfermos). Xilonen requería ahogar a dos
jóvenes.
A pesar de los relatos populares, los mexicas no hacían
sacrificios humanos cada día. Los sacrificios se hacían sólo en los días
festivos. Un día festivo por cada uno de sus 18 meses. Cada mes estaba dedicado
a un dios distinto.
También se hacían sacrificios de animales, había dos razas de
perros criados expresamente para ello, y la gente también hacía autosacrificio,
ofrendando su propia sangre y sufrimiento a sus dioses.
En la adoración del Sol de las religiones mexica, inca y maya los sacrificios humanos eran algo común. Los aztecas celebraban unos constantes ciclos de fiestas religiosas con sacrificios humanos a sus diversos dioses, especialmente al adorar al dios-Sol Tezcatlipoca. Además, en la fiesta al dios del fuego, Xiuhtecuhtli (Huehueteotl), "a los prisioneros de guerra se les hacía danzar con sus captores y [...] se les hacía girar alrededor de un fuego intenso y entonces se les arrojaba en las brasas y se les alzaba mientras todavía estaban vivos para sacarles el corazón todavía palpitante y ofrecerlo a los dioses”.
Social
Las
dos clases sociales que dividían la estructura jerárquica del
pueblo Mexica fueron fundamentalmente la de los privilegiados
y la gente del pueblo, es decir los llamados pillis, nombre dado a los nobles o
ciudadanos de alta jerarquía, y los macehuales, que no eran otros mas que la
gente del pueblo.
Cultura
Los mexicas fueron el último pueblo mesoamericano que formó una rica y compleja tradición religiosa, política, cosmológica, astronómica, filosófica y artística aprendida y desarrollada por los pueblos de Mesoamérica a lo largo de muchos siglos.
Economia
La principal actividad económica era la agricultura. ... Los macehuales utilizaban diferentes técnicas de cultivo como las chinampas y las terrazas; las herramientas agrícolas que utilizaban era la coa y el bastón plantador.
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